Aplacate surborrena, que no es tan grande la era, marcila el paso formal llenando tus vasos de crement y tinos, tus válvulas del placer y del amor no descansan ni durmiendo, y el vino.... el vino que llega amartillando tu pistola, llenándola de sangre, hinchándola, sofocandola hasta el mismo cuello, y el deseo, el deseo de ser carne apretujada entre tus dientes, nímbula, rascada de espalda a tó meter, tocado el antiguo alegre piano desfondado y carcamal.
hoyser
CARCAMAL
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