Chorramente basculas, entre la negación y la necedad, como un marsupial en una notaria, dudando en firmar una constitución de servidumbre de aguas subterráneas. Es lo mejor para tu finca de mazorcas doradas. La camara de atrás te señala la trayectoria recomendada por el ordenador de a bordo pero tú te empecinas en bandolerar gasolineras en vez de apuntar más alto. Ay imbéciles!
9.23.2011
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